Al INCO lo persigue la mala fama de dirigentes, pues con la destitución de Álvaro José Soto se suma como el cuarto en ser suspendido por fallas administrativas.
Tres grabaciones fueron la pieza clave para llevar a la Fiscalía y a la Procuraduría, y así determinar que existían irregularidades en la adjudicación de la construcción, mantenimiento y operación del corredor férreo entre Chiriguaná (César) y Villa Vieja (Huila) pues el costo era nada menos que de 1,3 billones.
Al conocerse las grabaciones inmediatamente el Ministro de Transporte Andrés Uriel Gallego suspendió indefinidamente la adjudicación del contrato.
Al parecer querían pasarse de listos, pero por no repartir el dinero inmediatamente alguien les colocó la cascarita, para que el país se enterará de un robo más, de los que a diario se vive con quienes están en el poder, sólo que en algunos no nos damos cuenta.
Puesto que con esta licitación se iba a repartir una gran suma de dinero entre el director del INCO Álvaro José Soto y los asesores; Miguel Bonilla (subgerente de estructuración y adjudicación), Diana Calderón (coordinadora del modo férreo), Miguel Gómez (asesor de la entidad) y Álvaro Arias (encargado de asuntos contables), que por supuesto también fueron despedidos porque estaban favoreciendo a uno de los consorcios de aquella licitación que se llevaría acabo en octubre.
Tres grabaciones fueron la pieza clave para llevar a la Fiscalía y a la Procuraduría, y así determinar que existían irregularidades en la adjudicación de la construcción, mantenimiento y operación del corredor férreo entre Chiriguaná (César) y Villa Vieja (Huila) pues el costo era nada menos que de 1,3 billones.
Al conocerse las grabaciones inmediatamente el Ministro de Transporte Andrés Uriel Gallego suspendió indefinidamente la adjudicación del contrato.
Al parecer querían pasarse de listos, pero por no repartir el dinero inmediatamente alguien les colocó la cascarita, para que el país se enterará de un robo más, de los que a diario se vive con quienes están en el poder, sólo que en algunos no nos damos cuenta.
Puesto que con esta licitación se iba a repartir una gran suma de dinero entre el director del INCO Álvaro José Soto y los asesores; Miguel Bonilla (subgerente de estructuración y adjudicación), Diana Calderón (coordinadora del modo férreo), Miguel Gómez (asesor de la entidad) y Álvaro Arias (encargado de asuntos contables), que por supuesto también fueron despedidos porque estaban favoreciendo a uno de los consorcios de aquella licitación que se llevaría acabo en octubre.
En licitaciones como estas existen millonarias inversiones y así mismo múltiples lagartos que sólo buscan llenar el bolsillo, más no generar el bienestar común y el arreglo de vías que le hace falta a Colombia en muchos tramos, para facilitar el acceso y obviamente evitar los accidentes por la mala infraestructura que presenta el país.
Un claro ejemplo y regional es lo que sucede con la vía de Barbacoas (Nariño) ya que para llegar a la población hay que pasar por una trocha y una verdadera odisea, a parte de las victimas que ha causado el mal estado de la carretera, no existe un proyecto que se este trabajando, lo único que se conoce es “la posibilidad de un presupuesto” dijo Navarro Wolf (Gobernador de Nariño) más no se ha hablado de una licitación concreta.
Un problema es ¿cómo a portar a los diferentes proyectos? ¿De dónde sacar presupuesto? Y el otro problema es, que cuando lo hay ¡se lo roban! Como lo que sucedió con el INCO. A ver si se sacuden un poco y encuentran a alguien con los pantalones para ser honesto.
