El periodismo el medio o ¡el miedo!

Decir la verdad en este país es jugarse la vida, arriesgarse a ver más allá de los hechos es clavarse una amenaza, así hemos perdido a muchos de los mejores periodistas en este mundo porque hablar de libertad de prensa no indica libertad sino más bien limitarse.

El periodista también debe manejar unos parámetros de los cuales no puede abusar, debe manejar bien la información, con buenas fuentes y argumentos y no siempre creer lo que diga el personaje, ya se sabe que cada quien habla según su conveniencia por ello existe la parte y la contraparte o mejor entendido en términos periodísticos la bipolaridad, el blanco y el negro.

Así como existen malos hay muy buenos periodistas que aún siguen haciendo buenos trabajos, no es que estén contados, sino que pocos se atreven a hablar con certeza. Hollman Morris es un excelente periodista que se ha jugados la vida por demostrarle a la gente la otra cara de lo que siempre vemos (periodismo de denuncia), así lo demuestra en su programa de Contra Vía. Se mete al lodo, se embarra e investiga más a fondo, eso es hacer buen periodismo no temer a hacer las cosas. Para él, el periodismo es una oportunidad de tener una aventura.

La Guerra en el Cauca es una crónica que Morris hizo cuando la guerrilla atacó Toribio-Cauca el 22 de abril de 2005. Llegó al lugar de los hechos con su equipo de trabajo, habló y certificó lo que allí sucedía un problema entre guerrilla y Gobierno “El estado y la gente de izquierda son los culpable y nosotros las victimas” Lastimosamente es así pagan justos por pecadores. Los indígenas NASA del Cauca fueron desplazados de sus tierras por la violencia, acabaron con las casas y las familias huyeron, para esconderse de las balas. Una población que padece el miedo de: paramilitares, ejercito, guerrilla y policía. Un trabajo premiado por CEMEX-FNPI en 2007.

Un oficio que corre riesgo porque aquellas zonas están latentes a seguir enfrentamientos entre la fuerza pública y los alzados en armas, pero la profesión no tiene esa barrera, se sabe luchar por lo que se quiere, se vive y se goza como lo hace el pueblo, el hecho de ser el medio jamás es enemigo de nadie.

A este país lo que le hace falta es cargar un buen equipo periodístico, caminar con el pueblo, hablar con los dirigentes o administrativos, preguntar y contar la verdad. No hay sentimientos, no hay creencias, no hay posiciones simpatizantes. Tras el periodista existe un hombre que siente y que piensa, pero ese hombre debe quedarse en la casa. El que se pone el chaleco implica ser el Medio, pero sin Miedo.