Natapuntes

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martes, 11 de noviembre de 2008




Invasión del Espacio Público

De lunes a domingo las calles de la cuidad de Pasto son muy agitadas, pero más entre semana; el trabajo, la oficina, los niños al colegio, las cuentas que hay que pagar y una que otra vuelta que siempre toca realizar e incluso hasta para ir a pasear.

Así se transitan las calles de la ciudad; gente y carros, el tráfico no cesa y todos tienen prisa de llegar al sitio que necesitan, pero las calles no están vacías.

Aunque los ciudadanos muchas veces no se percatan, los andenes son un caos para transitar y es lo que siempre ocasiona un trancón, porque en el sitio se obstaculiza el paso y por ende al transeúnte no le queda más opción que bajar a la calle y caminar por un pequeño espacio de camino.

Siempre está la señora con su carro de dulces, él que vende minutos, él que vende las cartillas, él de los cordones, los paisas vendiendo todo a mil, el señor de los conos, las personas que piden limosna, los desplazados insistiendo en dar lastima para que les colaboren, hasta el colmo de llegar a sacar a los animales a ocupar el aviso de “prohibido parquear”, pues sí, aquellas chivas que producen leche y que en un vaso con su contenido cuesta $1000 y como todo es curativo previene enfermedades.

Bueno el punto es que cualquier pretexto para ganar un poco de plata no cae nada mal, sin importar lo que toque hacer. Y no es cuento, ni chiste, ni cacho como lo llamen, es la realidad, es más bien el rebusque y como la gente que pasa necesidades sale a la calle a ganarse algo de dinero para así mismo poder comprar el sustento para sus familias, porque claro está que nunca están solos, detrás de ellos siempre hay más gente.

Cabe resaltar que hay quienes ya utilizan está modalidad como su oficio diario sin pretender salir adelante y se acostumbran a vivir de la limosna que reciben y que no es mal negocio para ellos, es decir se convierte en la forma más fácil de trabajar.
Tantos son los sucesos que a diario se vive en la ciudad que la sociedad se ha acostumbrado a verlos siempre por ahí que incluso su camino es un zigzag pasando los obstáculos.

Pero hay personas que si quejan ante la situación de desorden público o el buen dirigente político que le quiere dar una mejor cara a la ciudad y trata de controlar los inconvenientes de la invasión del espacio público y organiza una pequeña parte la comunidad del rebusque.

Pero otra parte se queda de ambulando aún, pensando en como salir del hambre tan verraco que tiene que pasar todos los días y vendiendo al “menudeo” en un lugar que se apropio porque por allí pasa mucha gente y es más práctico que le puedan comprar.

Aunque en muchos de los casos no son sólo
vendedores sino más bien aquellas personas que demostrando venir de otra parte desplazado con toda su familia y acostados en las calles, esperando que alguien se detenga al paso y logre calmar el ansia de beber o de comer, al igual él de aquel anciano que sale de su casa para sentarse en un anden y sin fuerza levantando la mano y bendiciendo aquel ser que tenga buena voluntad.

Rebusque, trabajo o una buena forma de ganarse la vida es lo que a diario se encuentra en las calles, sólo que el problema se agranda cuando estas personas ocupan un lugar que es de libre acceso y que así mismo forman un desorden para la sociedad.

Por. Nathalí Zambrano Correa

1 comentario:

Anónimo dijo...

buen artículo, buen blog, quizá un poco más grandes las fotos,.

felicitaciones: Omar Franco.